¿Qué es la meditación Vipassana?
Como definición más simple y cercana, podríamos decir que Vipassana es una técnica de meditación. Su principal característica es su simplicidad, junto con la manera específica en la que se ha extendido por el mundo occidental (en realidad por el mundo entero).
Un poco de historia
Para entender un poco más esta técnica, comencemos por repasar sus raíces, tanto lingüísticas como humanas. Vipassana es una palabra que deriva del sánscrito, con una raíz vi-paṡ, utilizada normalmente como vi-paṡyati, que se traduce como “distinguir, discernir, percibir, ver algo en detalle, conocer…”. La modificación vi-paṡyana se traduce como “el conocimiento correcto”. En la tradición actual más extendida, se considera que Vipassana significa literalmente “ver las cosas como son”.
Vipassana suele asociarse con el Budismo como religión porque fue Gautama Buddha quien la “descubrió”, o, al menos, la primera persona de la que se tiene noticia que la utilizó y la transmitió a otros. Suele considerarse que Vipassana como técnica de meditación se ha conservado dentro de la tradición de budismo Theravada.
Sin embargo, según la versión más extendida, la técnica de meditación Vipassana original se perdió en la India 500 años después de la vida de Gautama Buddha, perdiéndose también en las otras regiones a las que se había extendido, excepto en una región concreta de la República de Myanmar (Birmania), en la que se transmitió de manera pura solamente de maestro a discípulo durante muchas generaciones.
Vipassana se da finalmente a conocer al público en general (dentro de Myanmar) gracias al trabajo de Saya Gyi U Ba Khin, quien ocupaba un alto cargo en el país y proponía una reforma social a través del Vipassana.
Finalmente, S.N. Goenka conoce la meditación Vipassana de la mano de U Ba Khin, en principio buscando aliviar ciertas dolencias físicas, convirtiéndose después en su principal discípulo.
Vipassana se extiende
S.N. Goenka abrió la puerta para que la meditación Vipassana pudiera extenderse más allá de las fronteras de Myanmar, creando un sistema de difusión cuyo éxito se explica gracias a sus tres aspectos fundamentales:
- Vipassana, a pesar de su origen, no pertenece ni se asocia a ninguna religión particular. Cualquier persona de cualquier religión o credo puede practicarla sin temor a confrontaciones filosóficas o teológicas, puesto que se trata únicamente de una práctica basada en la experiencia individual.
- El acercamiento a la práctica de Vipassana se realiza siempre, sin excepción, a través de un curso de 10 días en los que se pasa la mayor parte del tiempo en la práctica de la meditación. Otro requisito fundamental de estos cursos introductorios es el aislamiento: aunque los espacios utilizados para la práctica y las demás actividades del día son comunes, no se permite a ninguno de los participantes ningún tipo de comunicación entre ellos ni con el exterior durante los 10 días de duración del curso. Esta medida ha demostrado ser clave en el proceso de purificación que se requiere para que comience un cambio profundo de hábitos mentales, de la agitación a la tranquilidad, de la reacción constante a la ecuanimidad, de la guerra interna a la paz.
- Estos cursos, y todos los realizados en el entorno Vipassana, son completamente gratuitos. Los participantes no tienen que pagar nada, ni siquiera la comida o el alojamiento, y los que transmiten la práctica no pueden percibir ninguna remuneración por su participación. Solo después del curso se permiten donaciones de personas que, habiendo comprobado los beneficios de la práctica, quieran facilitar el que otras personas que vengan después también tengan la oportunidad de iniciarse en ella y aprenderla.
La meditación Vipassana en su esencia
La definición de Vipassana dada por S.N. Goenka es “la ciencia de la mente y la materia”, haciendo referencia a la conexión que existe entre la parte más profunda de nuestra mente y nuestro cuerpo. Así como las reacciones que surgen en lo profundo de la mente afectan al cuerpo causando sensaciones agradables o desagradables, así también el cuerpo afecta a la mente, esclavizándola en el bucle de reacciones y retro-alimentando los patrones de negatividad y el apego a la montaña rusa de las sensaciones corporales.
Es precisamente esa conexión entre el cuerpo y lo más profundo de nuestra mente la que utiliza la meditación Vipassana para conectarnos conscientemente con esa profundidad y permitir que sea limpiada.
La práctica de la meditación Vipassana
En los primeros 3 días del curso, la meditación se centra en observar con plena consciencia solamente una pequeña área del cuerpo, que es el espacio entre las fosas nasales y el labio superior. Cómo el aire entra y sale es lo único que observa el practicante, la respiración natural, sin modificar, sin ejercicios respiratorios.
Este primer período es un entrenamiento que de manera relativamente rápida agudiza la mente y la coloca en un estado de atención consciente o alerta serena. Según las experiencias de miles de practicantes, a partir del cuarto día la consciencia se amplifica, pudiendo ser consciente de muchas más sensaciones, más sutiles, que tienen lugar en el cuerpo.
Este primer período de 10 días aporta una primera limpieza mental profunda y asienta las bases de la posterior práctica diaria, que es la continuación natural de este primer curso introductorio.
Posteriormente los practicantes tienen la oportunidad de realizar cursos avanzados, tanto de 10 días como de 1 día de duración, y también la posibilidad de participar en los cursos “sirviendo”, es decir, aportando su tiempo de forma voluntaria (y no remunerada) para labores básicas como la comida, la acomodación de los participantes, etc.
Se realizan también cursos para niños y para estudiantes adolescentes, con muy buenos resultados en sus niveles de estudios y en la formación de un carácter saludable.
Beneficios de la meditación Vipassana
Como ya hemos comentado, en los cursos para niños y adolescentes se ha observado una mejora sustancial en su capacidad para memorizar y en su agudeza mental para todas las asignaturas, así como una formación del carácter más fuerte y saludable.
En general, el beneficio de la práctica de Vipassana se observa en un descenso progresivo (aunque significativo en el primer curso de 10 días) de los niveles de ansiedad y estrés, y una calma mental que se fortalece día a día. S.N. Goenka explica que esto se debe a la limpieza que se produce en los niveles profundos de la mente, donde están guardados los patrones de desdicha y sufrimiento, y de donde surgen las reacciones de deseo y aversión. Estas reacciones de deseo (asociado a sensaciones agradables) y aversión (asociado a sensaciones desagradables) esclavizan a la mente en un vaivén en el que nunca hay paz ni satisfacción duradera.
Por medio de entrenar y agudizar la mente para observar las sensaciones del cuerpo, y observarlas sin reaccionar a ellas, se produce progresivamente una limpieza de esos patrones de negatividad grabados en la mente profunda, causando una sensación de tranquilidad y ecuanimidad que aumenta gradualmente día tras día al aplicar la práctica.
Los cursos de Vipassana se ofrecen también en prisiones, con unos cambios espectaculares en conducta de los presos y mejor general de la calidad de la convivencia dentro de las instalaciones.
Así mismo, se ofrecen cursos de Vipassana para ejecutivos, exactamente iguales en condiciones y contenido, con el único añadido de dos charlas extra de S. N. Goenka acerca de lo que Vipassana puede ayudar en el mundo de los negocios, puesto que él mismo fue un hombre de negocios muchos años. En general Vipassana ayuda a ejecutivos, altos cargos y dirigentes políticos a tener un liderazgo más humano, sin perder de vista los objetivos empresariales pero priorizando a las personas y su bienestar, en una visión más compasiva y equilibrada.
Como conclusión, diremos que Vipassana es una técnica de meditación que, en su expansión, ha demostrado ser asequible y útil para todas aquellas personas que estén dispuestas a hacer un esfuerzo sincero y comprometido durante 10 días (y posteriormente si así lo deciden) para dejar atrás la desdicha y el lamento y acoger una forma de vivir cada vez más tranquila, apacible y feliz.